“Entre las novelas de
Robots y la serie de la Fundación se encuentra la Trilogía del Imperio: tres
clásicas obras de Isaac Asimov donde se trazan los inicios de la expansión
humana por la Galaxia hasta llegar al auge del Imperio Galáctico con capital en
Trantor”.
Después de las reseñas sobre las sagas Robots y
Fundación, es momento de comenzar con el resumen de las tres novelas que
componen la Trilogía del Imperio. Como suelo explicar, este orden de sagas y de
novelas surgió con el pasar del tiempo. Inicialmente Asimov escribió muchos
relatos breves que acabaron siendo el germen de un enorme compendio que
constituye un universo entero. Desde Yo, robot, hasta Fundación y Tierra nos
encontramos en total con doce novelas que a mí me han apasionado. Es increíble
como Asimov logró esta unión de tantas novelas e historias a lo largo de toda
su vida literaria. Es cierto que hay otros libros de temática similar dentro de
su extensísima bibliografía, pero no tienen que ver con este universo. En el
caso que nos ocupa nos encontramos con tres novelas escritas hacia la década de
los 50:
·Las Corrientes del Espacio.
·Un Guijarro en el Cielo.
Cada una de estas novelas es independiente y muestra a distintos personajes. Las tres novelas muestran los hitos clave que acabarán forjando el primer Imperio Humano Galáctico con capital en Trantor. Como vimos en la saga Robots, la humanidad venció sus temores, y enfrentándose a los espaciales más hostiles, lograron colonizar numerosos mundos a lo largo y ancho de la Vía Láctea. En esta trilogía nos encontramos algunos miles de años después, cuando los espaciales han desaparecido y sus mundos se han vuelto inhabitables o están a punto de serlo. Ya hay miles de mundos conquistados por los descendientes de los terrestres, cuyo planeta, La Tierra, empieza a tener serios problemas para mantener a su población. Sin embargo los primeros pasos para alcanzar ese Imperio podrían correr peligro como veremos en las tres novelas:
-POLVO DE ESTRELLAS
Nos encontramos bastantes miles de años después del
inicio de la segunda ola colonizadora de la humanidad y de los sucesos de
Robots e Imperio. Concretamente nos situamos en los Reinos Nebulares, una zona
de la galaxia localizada en la nebulosa cabeza de caballo. Estos reinos constan
de decenas de planetas controlados por el Imperio de Tyrann que gobierna de
forma tiránica. En esta época todavía no existe Trantor tal y como lo vimos en
Fundación, pero la existencia de Tyrann y su objetivo de dominar a toda la
galaxia ponen en peligro el futuro de ese Imperio Galáctico que está por venir.
En estas circunstancias nos encontramos con el joven Byron Farrill, el heredero
de un noble del planeta Nefelos, que a su vez forma parte de los reinos
nebulares. Este se encuentra estudiando en una universidad de la Tierra,
recordemos que los niveles de radioactividad del planeta ya limitan la
existencia sobre su superficie. Es allí donde se entera de que su padre, el
ranchero de Widemos, ha sido apresado y ejecutado por los tyrannios, acusado de
conspirar contra el poder de estos sobre los reinos. Ante esto Byron se propone
encontrar la forma de vengar a su padre y de terminar con el dominio
absolutista de Tyrann sobre los reinos. Es por eso que tras abandonar la Tierra
se dirige al comisario de Tyrann, Simok Aratap, quien en nombre del Kan soberano
le dice que no puede ayudarle. Esto hace que Farrill se decida a buscar la
ayuda de los soberanos de los reinos más importantes, está tan asqueado y odia
tanto a los tyrannios que busca aliados para destruir su dominio y restituir el
honor de su padre. Así pues acude al Director del planeta Rhodia, Hinrik V Oth
Hinriad y al autarca del mundo de Lingane, Sander Jonti. De alguna manera se
encuentra con las suspicacias de estos por ser hijo del que consideran un
traidor, sobre todo por parte del temeroso director de Rhodia, quien no es más que
un títere de los tyrannios. Allí conoce a su hija, Artemisa, y al primo del
director, Gillbret Hinriad, quien le revela que en un viaje encontró por
accidente el mundo que conspira contra el poder de Tyrann. Esto hace que los
tres se alíen y escapen de Rhodia con el objetivo de descubrir el misterioso
mundo, y con ello la esperanza de crear un imperio de carácter democrático.
Pero esa búsqueda no resultará sencilla ya que Simok Aratap les perseguirá con
toda su flota. Si encuentra ese mundo podría ser el final de la resistencia y
la destrucción del futuro Imperio Humano.
No os engañaré, esta novela está considerada como la más
floja de Asimov. Al parecer y según contó en su autobiografía gran parte de la
trama fue alterada por el editor que tuvo en esa época. En resumidas cuentas,
que le puso a parir pero bien, a pesar de ello nunca repudió está novela al
nivel de eliminarla. Pueden apreciarse algunas contradicciones con lo visto en
la novela Robots e Imperio, aunque yo diría que el propio paso del tiempo
(varios miles de años) en este universo ficticio podría explicarlo. A mí me
pareció interesante, quizás me cueste criticar a Asimov, porque este maestro
convertía en una obra de arte lo que salía de su privilegiada mente. Si has
leído las sagas de la Fundación y de Robots puedes forzar un poco algunas de
las conclusiones de la trama general. No es que esta novela represente algo que
te haga decir; “ah, así es como empezó el
Imperio Galáctico de Trantor”. En eso casi hay que hacer un esfuerzo de
lectura entre líneas, digamos que se deja caer un poco. Hay quien diría que eso
se podría deber a que fueron escritas en diferentes órdenes y años, pero eso es
lo que tanto me gusta de Asimov, que nunca se nota ese desfase. Diré que lo que
más me gustó fue el personaje de Byron, y las partes en las que hablan de la
Tierra. No os recomendaría que os saltaseis esta novela, pero eso lo dejo a
vuestra elección. En la edición que compré venían las tres novelas en un mismo
volumen y me las leí del tirón.
-LAS CORRIENTES DEL ESPACIO
Han pasado algunos siglos desde que desapareciese el
Imperio tyrannio y por tanto nos encontramos en una época en la que Trantor
comienza a tener cierta importancia en la galaxia. Aún no ha instaurado
definitivamente el Imperio Humano pero cada vez está más cerca de conseguirlo,
solo queda un escollo, la Dinastía Sarkita. Todo empieza cuando un
espacioanalista de la Tierra y miembro de la AIE (Agencia Interestelar de
Espacioanálisis) se reúne con un hombre misterioso que le retiene sin
explicaciones. Al parecer este espacioanalista insiste en que ha descubierto algo
que pondrá en riesgo al planeta Florina y a sus amos de Sark, la dinastía
Sarkita, que también controla numerosos mundos en oposición a Trantor, aunque
no de una forma directa. Lo importante de Florina es que es el único mundo de
la galaxia en la que se cultiva el preciado kyrt, un material clave para la
industria y el comercio galáctico. El que lo controle tendrá un gran poder de
influencia sobre la galaxia, ese es el caso de Sark.
Durante la trama nos
encontraremos con un protagonista diferente que no sabe quién es ni de donde
viene, pero que puede ser clave para que esa información sobre el destino de
Florina salga a la luz. Evidentemente hay quien intentará silenciar esos datos,
ya que su mayor temor es acabar formando parte del Imperio de Trantor. La
segunda parte de esta trilogía tiene mucho más suspense que la anterior, ya que
la trama te mantiene algo más enchufado. Aquí se te presentan unos personajes
que no serán lo que parecen, llega un momento en que ya no sabes quien es
quien, lo cual será una constante en muchas de las novelas de Asimov. El final
prácticamente es la muestra de la conexión que hay entre estas novelas y
Fundación, concretamente con las secuelas Los Límites de la Fundación y
Fundación y Tierra. El misterio sobre lo que descubrió ese misterioso
espacioanalista es lo que me hizo seguir leyendo hoja tras hoja, además de lo
peculiar de su labor.
-UN GUIJARRO EN EL CIELO
-UN GUIJARRO EN EL CIELO
Joseph Schwartz es un físico que tras realizar un experimento con materiales radioactivos, provoca una misteriosa reacción en cadena en su laboratorio que le catapulta miles de años en el futuro. Llega a una época en la que el Imperio de Trantor ya domina la galaxia, y la Tierra no es más que un mundo casi abandonado, cuya sociedad vive obsesionada por demostrar que son el auténtico origen de la humanidad. Joseph no comprende nada del lugar al que ha sido transportado accidentalmente, mucho menos como ha llegado allí desde Chicago. Joseph se encuentra con una peculiar familia de granjeros los cuales no entienden su idioma y le toman por loco. Hay que destacar que la Tierra de esa época, tal y como se vio en novelas y sagas anteriores, tiene unos niveles de radiación peligrosos por lo que las pocas ciudades que quedan, han impuesto un control demográfico consistente en que los que lleguen a la edad de sesenta años se suiciden. Entre muchos es considerado un ritual, y su no cumplimiento produce que ese alguien sea ejecutado después de convertirle en un paria. Joseph está cerca de esa edad y la familia con la se encuentra no quiere problemas, por lo que al considerar que está loco se lo llevan al doctor Shekt. Este científico es conocido en toda la Tierra ya que es el inventor del “sinapsificador” un aparato similar a una sonda psíquica que puede multiplicar la inteligencia del que lo use. Los gobernantes terrícolas no permiten esos experimentos ya que normalmente producen la muerte del paciente, sin embargo lo prueba con Schwartz quien contra todo pronóstico sobrevive. De pronto sabe dónde se encuentra, en que situación está la Tierra e incluso consigue hablar el idioma de esos tiempos futuros. Con el tiempo acaba descubriendo los planes expansionistas de la Tierra y el golpe que preparan contra toda la galaxia. Joseph, así como un investigador, una joven muy capaz y un político peculiar, se convertirán en la última esperanza para que el Imperio de Trantor.
Sin duda la mejor novela de toda la trilogía, para mí no
hay color con las otras dos. Una de las cosas más interesantes es la
introducción de una temática inesperada como lo es el viaje en el tiempo. A lo
largo de todas las demás sagas se tratan los temas de la robótica y de la
expansión de la humanidad a lo largo y ancho de la galaxia, pero lo que menos
me esperaba era el viaje temporal. Esto me recordó a la aparición de El Mulo en
las novelas de Fundación, algo que en el universo ficticio de Asimov nadie
esperaba. Precisamente el desarrollo del Imperio Galáctico no habría sido
posible sin la inesperada aparición de un viajero en el tiempo como lo es su
protagonista, Joseph Schwartz. La temática de los viajes en el tiempo no es
nueva, Asimov ya la trató en una de sus novelas, “El fin de la eternidad”.
Mientras leía esta novela me acordaba de la novela de la Saga Robots, “Robots e
Imperio” y del libro de la Saga Fundación, “Fundación y Tierra”. En Un guijarro
en el cielo nos encontramos con la culminación del plan del Doctor Amadiro, que
como ya vimos era un espacial con una aversión muy fuerte hacia los terrícolas.
Su odio creció más si cabe cuando el detective Elijah Baley, ayudado por los
robots Daneel y Giskard, destapó sus intenciones de dominación. Su plan
consistía en elevar los niveles de radiación de la Tierra para que se volviese
inhabitable. En los momentos en los que transcurre esta novela, Amadiro, así
como los espaciales, desaparecieron hace miles de años, pero el daño quedó
hecho.
Esto también muestra el odio creciente que hay en los
últimos terrícolas, quienes ya han sido olvidados por el resto de la galaxia.
Precisamente los gobernantes de la Tierra están obsesionados por demostrar que
la humanidad proviene de la Tierra, por lo que Trantor no debe ser el centro
del Imperio Galáctico. No les toman en serio y les aíslan, de ahí que preparen
planes para tomar el control por la fuerza, ahí es donde reside la importancia
de Schwartz. Esta novela es la que más explica el comienzo del Imperio Humano
con capital en Trantor, tal y como vimos en la saga de la Fundación.
Precisamente durante esa saga nadie recordará el planeta Tierra, es por eso que
en las secuelas “Los Límites de la Fundación” y “Fundación y Tierra” sus
protagonistas se verán embarcados en la búsqueda del planeta natal de la
humanidad. Los que empezamos leyendo las novelas de la saga Fundación, como yo,
ya podemos ver la lógica conexión que explica que pasó con el planeta Tierra.
Y con esta reseña cierro todas las sagas de Asimov que he
leído, las más famosas sin duda, pero ahora es cuando tengo ganas de leer más
novelas suyas. Entre mis futuribles lecturas está “El fin de la eternidad” de
la cual me han hablado muy bien. En el futuro seguramente haré las reseñas o
reviews de cada novela que lea de Asimov, no sé si disfrutaré tanto con ellas
como con esta enorme historia que suma 15 novelas, escritas en distintas
épocas, pero que forman un todo espectacular.