Por fin terminé Reina
Roja y puedo decir sin exagerar que es una de las mejores novelas que he leído
en mucho tiempo. Yo leo un libro detrás de otro, sin parar, así que tengo para
comparar y me reafirmo en que es de lo mejorcito que he leído. Para ser
sinceros este thriller madrileño, tal
y como lo define el autor, se aleja bastante del tipo de literatura que gasto,
afortunadamente me gusta abrirme a nuevas experiencias. Precisamente descubrí a
Juan Gómez-Jurado gracias a los podcasts como Todopoderosos o programas tales como
Cinemacopazo donde colabora actualmente. Siempre me ha llamado la atención la Wikipedia que lleva sobre los hombros,
parece Sheldon Cooper. Yo soy un poco parecido por lo que puedo identificarme,
aunque me gana por goleada. Me cayó genial y con el tiempo empecé a interesarme
por su extensa trayectoria como escritor. Durante una temporada empecé a mirar
que libro podría leerme de su bibliografía y finalmente me decidí por Reina
Roja. Aunque con la campaña tan potente y original que hubo tendría que vivir
en otro planeta para no enterarme de su existencia, lo que tuvo que pasar el
pobre Arturo para que le regalase uno de los primeros ejemplares.
Bromas aparte, me alegro de haber empezado a leer a Juan
con esta novela, para mí ha sido como llegar y besar el santo. Iba a
comprármelo, pero mi hermana se me adelantó y me lo regaló. Me quedé flipado
cuando me lo plantó en mi mesa, lo prometo. Eso sí, intenté alejarme de las
opiniones de los demás al respecto de Reina Roja, quería quitarme expectativas,
que la historia me sorprendiera. En la contraportada había unos pocos párrafos
que fueron suficientes para exaltar mi curiosidad. Normalmente no me atrae
mucho el género del thriller policiaco, aunque definir a esta novela como tal
es quedarse corto. Gracias a Juan me he encontrado con una protagonista que me
ha dejado alucinado, Antonia Scott ya está entre mis personajes preferidos. En
algunos momentos me recuerda a Juan, ya que ella puede conocer hasta el número
de patatas fritas que vienen en una bolsa. No obstante quiero decir que aparte
de Antonia, me encantó Jon, ese inspector que a veces peca de ingenuo y al que
no le faltan bemoles, normal, vasco tenía que ser. Juan ha creado un personaje
muy original, Antonia es una mujer extraordinaria que carece de cualquier
cliché, me encantó. Por seguir el ejemplo del autor no os voy a hablar mucho de
la trama, porque así os sorprenderéis tanto como yo. Os digo que es un libro muy
entretenido y absorbente, esto os lo dice alguien que no suele leer thrillers
policiacos. Precisamente la contraportada no dice más que esto:
“Antonia
Scott es especial. Muy especial.
No
es policía ni criminalista. Nunca ha empuñado un arma ni llevado una placa, y,
sin embargo, ha resuelto decenas de crímenes.
Pero
hace un tiempo que Antonia no sale de su ático de Lavapiés. Las cosas que ha
perdido le importan mucho más que las que esperan ahí fuera.
Tampoco
recibe visitas. Por eso no le gusta nada, nada, cuando escucha unos pasos
desconocidos subiendo las escaleras hasta el último piso.
Sea
quien sea, Antonia está segura de que viene a buscarla.
Y
eso le gusta aún menos”.
Esto fue suficiente para querer leerlo de inmediato, y me
apuesto a que ya estás con mono de
Reina Roja. Me pregunto si algún día habrá más novelas de Juan Gómez-Jurado
protagonizadas por Antonia Scott…