En la mediodía de un viernes cualquiera me
encontraba yo esperando en el parking de la calle Marqués de la Hermida, y miré
al otro extremo de la carretera. Repentinamente vi un establecimiento de prensa
y revistas, lo cual trajo gratos recuerdos a mi mente. Resulta que era el local
de “La Cuca”, en honor de la
dependienta más conocida en toda la zona de Castilla-Hermida. En realidad el
establecimientos se llama Prensa y Revistas Fernando, pero posiblemente fue el
primer kiosco al que entré en mi vida. Ha llovido mucho desde entonces. Como
cualquier niño se me iluminaban los ojos al entrar, sobre todo por un par de
productos, los álbumes de cromos de Panini y los comics de Mortadelo y Filemón.
Esa agradable dependienta ya era una razón para ir, y creo que ahí estribaba su
popularidad en toda la zona. En aquellos tiempos yo vivía frente al Edificio
Castilla, y aunque no faltaban establecimientos de venta de prensa y otras
cosas, continué yendo al mismo lugar. Recuerdo que completé algunas colecciones
de cromos algunas de ellas se me grabaron a fuego en la mente: “USA 94”, “Batman”, “Rally París-Dakar 1996”,
etc.
Que feliz era cuando iba y venía a por cromos. Comics no faltaron, cada
fin de semana pedía 175 pesetas para comprarme un “Mortadelo” (así los llamaba yo). Me compré tantos que completé una colección
envidiable y que aún hoy conservo. Son muchos recuerdos los que me evocó ese
local, en el que también tuve mis primeros contactos con los libros y la
prensa, sobre todo deportiva. Cada domingo esperaba a que mi padre entrara en
casa con el “Marca” bajo el brazo, aunque no era muy futbolero aún, me gustaba
leerlo cuando lo acababa. Para mí salía felicidad de ese pequeño
establecimiento. Cuando pasaba por delante siempre me quedaba clavado frente al
escaparate, y si iba con mi madre recuerdo que intentaba dar la lata por si
caía algo, aunque no funcionaba con demasiada frecuencia. Más allá de mi niñez,
cuando comencé la pubertad, seguí entrando a ese kiosco para comprar El Diario
Montañés o el Alerta Cantabria. También cuando algún anuncio de la tele me
engatusaba para comprar fascículos, cuando me apetecía leer revistas de
cualquier cosa, me acuerdo de algunas como Newton, Quo, SuperPop, Dibus,
CarandDriver, National Geographic, etc. Algunas veces he pensado en el origen
de mis ganas de escribir o de leer, algo debió de influir la visita periódica
al local de “La Cuca”.